jueves, 27 de octubre de 2011

Orígenes (I)

Recuerdo perfectamente cómo empecé a dedicarme a esto y lo explicaré porque creo que podría resultarle útil a más de uno. Iré dando consejos sobre la marcha, así que los interesados en conocerlos deberán tragarse el resto de información. Lo siento, es lo que tienen los blogs personales.

Mis orígenes se remontan a un 14 de Noviembre de 1984, pero no empezaré desde tan lejos, sino con lo relativo a mi profesión.
Acabé bachillerato, hice la selectividad y me seleccionaron para ir a la Universidad Ramón Llull de Barcelona para estudiar Ingeniería técnica de informática de sistemas. Toda mi vida había tenido claro que quería ser informático, hasta que tuve la oportunidad de acudir a las jornadas de puertas abiertas y descubrir cómo era realmente lo que pretendía hacer. Cambié rápido de idea; nunca he querido pasar el resto de mi vida sentado en una silla escribiendo códigos y realizando cálculos, soy demasiado activo como para ello. Pudiendo elegir lo que quisiera estudiar, me decanté por algo que siempre me ha gustado, la música. Estudié un FP2 de Técnico de Sonido en el Centro Politécnico Villar. Todavía no tenía claro a qué dedicarme, y aunque realicé las prácticas en un estudio de sonido e hice mis primeros bolos como técnico, la verdad es que me llenaba y lo sigue haciendo, pero no lo suficiente como para plantarme sólo con eso. En una de las asignaturas que cursé en este FP2, realicé unas pequeñas prácticas grabando y editando video, y fue lo que despertó mi vocación.

Una vez titulado, comencé a estudiar Realización de Proyectos Audiovisuales y Espectáculos (Multimedia) en el EMAV (Escola de Mitjans Audiovisuals de Barcelona). Acababa de irse la BTV y dejaron un material bastante precario, seguramente lo roto, viejo, lo que no iban a utilizar más por el motivo que fuera o, lo que me pareció a mi, un poco de todo. Para los que no lo sepan, BTV y EMAV compartían tanto material como platós, en un principio, hasta que la Televisión de Barcelona pudo emanciparse trasladándose al 22@, lo que pretende ser el clúster audiovisual de Barcelona. Me consta que precisamente cuando terminé mis estudios en este centro todo mejoró bastante, creo que por unas subvenciones del Ayuntamiento de Barcelona o algo así… El caso es que ahora es mejor de lo que era, y antes ya valía mucho la pena -sobre todo por su personal docente-, así que recomiendo a cualquiera que quiera dedicarse al sector audiovisual que tenga en especial consideración este centro. Para cine recomendaría ir al ESCAC, supongo, o por lo menos eso hacen los que han podido permitirse -económicamente, se entiende- acudir a sus muy costosos cursos. "El orfanato", esa peli tan sobrevalorada bajo mi punto de vista, les acabó de dar el empujón que necesitaban para revalorizarse como la buena escuela que se supone que es, así que en cuestión de cine no lo dudaría demasiado, la opción en Barcelona se llama ESCAC. Para el resto, EMAV es una gran opción, lo digo por experiencia. Sea como sea, me siento muy orgulloso de mis estudios hasta la fecha. He tenido la gran suerte y privilegio de ser alumno de varios docentes brillantes de los que guardo muy buen recuerdo.

Realicé las prácticas de video en la BTV como auxiliar de iluminación y operador de cámara de plató. Pocas veces me he sentido tan cómodo en unos estudios de televisión, la verdad. Un ambiente genial, programas y material de calidad y un equipo muy profesional, todo un lujo para ser unas prácticas. Si pudiese trabajar en la BTV cobrando un sueldo con el que poder vivir modestamente creo que firmaría ahora mismo sin dudarlo demasiado. Ya hace años les llevé mi CV y entiendo que no me llamaran, yo tampoco contrataría a alguien con la experiencia que tenía entonces. Fue un placer poder trabajar para con ellos.

Cuando quedaba poco para que terminara el grado superior de realización, el Director del centro -con el que siempre hubo buena relación- me preguntó qué haría cuando saliese del centro, que a qué me iba a dedicar a corto plazo. Le contesté que quería trabajar como cámara de plató en alguna TV local. Le extrañó mucho mi respuesta. Me dijo que no lo entendía, que podía aspirar a más, a empezar directamente desde más arriba en alguna productora de renombre y ganando un buen sueldo. Por supuesto, para aquel entonces ni se intuía la llegada de una crisis, de ahí el optimismo de ambos en la elección de trabajo. Aún así, y eso era algo que todavía no sabía, el sector audiovisual siempre ha vivido su propia crisis, acentuada más ahora por la global, pero siempre en crisis... Su optimismo también se debía a ciertos contactos que supongo que tendría. Nunca llegué a saberlo. Yo insistí en que quería trabajar como operador de cámara de plató en una televisión local, por lo menos en un principio. Se mofó de ello -siempre desde el respeto- y todavía lo recuerdo… No es que me sentara mal, cada uno tiene su forma de pensar, es sólo que me extrañó la falta de apoyo. Todavía no tenía las ideas muy claras del camino a seguir ni de adónde quería llegar, pero tenía claro el punto de partida. Quería trabajar pero sin dejar de aprender. Empezar desde abajo, aprender de toda la cadena e ir subiendo con el tiempo, con toda la experiencia que ello conlleva. Me consta que algún compañero de curso acabó enchufado por amigos, familiares u otros contactos en productoras que no mencionaré (conocidas todas ellas). Yo, en cambio, invertí en material audiovisual y empecé a buscar empresas con las que trabajar. Sin enchufes, sin contactos, sin ningún conocido en el medio más allá de compañeros con una situación parecida a la mía. Había que encontrar un trabajo y empezar a marcar la diferencia.
Fui a picar puertas para dejar mi CV. Un Currículo un tanto triste, todo hay que decirlo… La única experiencia laboral que tenía para aquel entonces eran las prácticas en la Televisión de Barcelona y en el estudio de sonido Nòmada57. Iba a productoras que iba conociendo poco a poco, las más famosas y las que encontraba más fácilmente por internet. En un principio entregaba sólo el CV, me presentaba, comentaba el material del que disponía y mis ganas de trabajar para su empresa. Sin carta de presentación ni apenas experiencia, sólo eso.
Nadie llamaba. Pasaba el tiempo. Había acabado mis estudios, pero no tenía trabajo en el sector audiovisual.

Durante mis estudios trabajé en varios sitios, compaginando los horarios como podía. Me levantaba a las 6h porque tenía que ir hasta Barcelona en tren, donde estudiaba en horario de mañanas. Cuando salía, comía un bocadillo en el tren e iba directo a una fábrica a fabricar piezas de hierro, sentado en un taburete (sin respaldo), haciendo jornada completa hasta las 23h. Luego trabajé en otra fábrica, y en las taquillas de un cine, y en varios sitios más… No conseguía dormir ni 6h entre cenar y estudiar, pero me sentía útil. Creo que ya no sabría vivir sin trabajar. Si no hago algo productivo en un margen relativamente breve de tiempo siento que pierdo el tiempo. A lo mejor necesito unas vacaciones, que ya hace años que no tengo, pero no las echo de menos. Supongo que son tan necesarias como poco productivas, y he ahí mi paradoja.
Acabé los estudios de realización y las prácticas en la BTV, y empecé a tener "tiempo libre". Tiempo… Para buscar trabajo, por supuesto. Sin apenas descanso. Nunca en mi vida he estado tan agobiado, tan desesperado, como el tiempo durante el que estuve buscando trabajo. Lo pasé extremadamente mal. Estuve mucho tiempo encerrado pasando horas y horas y más horas delante del ordenador… Nunca me he sentido tan inútil y deprimido al ver que se alargaba tanto la búsqueda a pesar de mi esfuerzo. Buscaba productoras de Barcelona donde poder enviar mi CV. Existen cientos y no paran de cambiar. Cambian de nombre, se fusionan, desaparecen, aparecen nuevas... Es desesperante cuando se ve desde fuera y se intenta entrar.
Tuve que aprender a organizarme, y pensé en varias formas de agilizar el proceso. Aún así, siempre he enviado los CV's de uno en uno. No me gusta la mala imagen que da un remitente enviando su Currículum a muchos destinatarios a la vez… No hay personalización. Es como presentarse diciendo "me da igual quién de vosotros me contrate". Ni en mi mayor momento de desesperación llegué a hacerlo. Tuve la paciencia de mandar los mails de uno en uno. Eso sí, hice una plantilla de carta de presentación para copiar en cada mail, pero con unos espacios a personalizar para cada dirección en concreto. Y sólo enviaba mi Currículum a las empresas que realmente me interesaban. Es decir, no le envié mi CV al Burger King, por ejemplo. Creé un archivo de texto donde copiaba direcciones de mail nuevas y otro archivo donde copiaba las direcciones ya utilizadas. Como decía, estuve muchísimas horas durante muchísimos días sin parar de buscar direcciones y enviando mails. Algunos me costaron mucho de encontrar. Incluso miraba el código fuente de algunas páginas web donde el contacto estaba oculto… En fin, que aunque seguía mi minucioso proceso de selección para no hacer perder tiempo a ninguna de las dos partes, estaba desesperado, y cada vez más... Acabé enviando más de 4000 mails a sendas direcciones. 4000, de uno en uno, personalizados. Todavía conservo los archivos de texto con los mails, con una mezcla entre nostalgia y jaqueca. Y náuseas. Repito: lo llegué a pasar muy mal… El peor momento llegó cuando Hotmail decidió empezar a considerar mis cuentas como spam. Llegó a borrarme algunas, y no pude saber si alguien que había recibido mi mail me contestaba o no. Creé cuentas nuevas para enviar más mails, esperando que alguien me llamara... Y esperé. Y me desesperé. Hasta que recibí una llamada.
Podría parecer que tantos mails eran demasiados, pero a largo plazo me sirvió de mucho.

Continuará...

1 comentario:

Anónimo dijo...

Ohhhhh estoy en una situación parecida, hice realización y acabé hace un par de meses la carrera, me gustaría mandar CV's a productoras pero no se si servirá de algo, por eso me gustaría saber como acaba tu historiaaaa!!! Estoy intrigada :D